Imaginación

La magia de la creación ¿Has sentido alguna vez la brisa fresca de una tranquila mañana, mientras caminas por un sendero lleno de jazmines perfumados, al tiempo que escuchas el alegre canto de los pájaros? Pues me atrevo a decir que esto así tal cual, nunca antes lo has experimentado, pero sí has podido sentir cada una de estas cosas como si lo hubieses hecho… Has observado el verdor de las plantas, percibido la ligereza del aire, escuchado el trino de las aves, e incluso te diría que hasta has podido notar aquel aroma tan especial que te mencioné mientras leías, ¿verdad?. Bueno, todo esto es posible gracias a una maravillosa facultad que tenemos los seres humanos para visualizar o sentir cosas que no existen y convertirlas en realidad, una increíble virtud que incluso nos permite viajar en el tiempo proyectando nuestro futuro, para así crear y modificar nuestro presente. Dicha facultad la conocemos por el nombre de IMAGINACIÓN y es la que nos ayudará para que utilicemos de forma más eficiente nuestro poder de creación, porque todo lo que de las manos del ser humano se ha formado, fue en primera instancia una idea, un pensamiento o una imagen en la cabeza de alguien, producto de este extraordinario don. Para aprender a usar esta capacidad, primero debemos saber cuál es su mecanismo -y aquí debo hacer un paréntesis y mencionar que al tratar esta habilidad como un concepto, termina siendo este, el que resume, define y engloba de la manera más adecuada, todo lo que les he explicado a lo largo de estas semanas en relación con las divisiones entre lo físico y lo espiritual, las emociones y la realidad… Y ahora veremos por qué-. Los estudios e investigaciones sobre el funcionamiento de la imaginación todavía son bastante novedosos y se encuentran aún en desarrollo, pero ya se sabe que esta virtud está intrínsecamente relacionada con nuestra inteligencia, nuestra capacidad cognitiva y sobre todo con nuestra emotividad. Ya que, por un lado, todo lo que nosotros somos capaces de imaginar es producto de nuestra habilidad para retener información, es decir nuestra memoria, la cual se conecta directamente con nuestras emociones y nuestros sentimientos, debido a que todo lo que vamos a recordar dependerá del grado de importancia que le daremos a ese objeto o a aquella experiencia en particular. Así mismo, nuestro nivel de imaginación es directamente proporcional a nuestro grado de empatía, la cual se forma en nosotros casi al momento de nacer; se sabe que un bebé a los 14 meses es perfectamente capaz de discernir si las emociones de otra persona son reales o las está fingiendo, y esto nos permite entender que tanto los bebés como los niños están mucho más conectados al mundo de la ética y la moral que los propios adultos, y en consecuencia son más capaces de generar vínculos emocionales coherentes. Estos vínculos por su parte, van a permitir que los niños aprendan a aprender, a través de la atención, la observación y la imitación, herramientas que van a utilizar para experimentar, investigar y conocer todo el mundo que hay a su alrededor. Además, durante este proceso de aprendizaje, van a descubrir las diferentes consecuencias de un acto, pero también van a poder proyectar en sus mentes todos los otros mundos posibles, que pudieran haberse creado en respuesta a ese mismo accionar. Finalmente y por otro lado, el tiempo que invertirán los niños en aprender a aprender, en entender la materialidad de los pensamientos y en concientizar una acción, es considerado como el más extenso, en comparación con todas las demás crías de animales y seres vivos, pero es justamente esto lo que les concederá la cualidad más importante para ser seres humanos: la racionalidad. Como pueden ver, así es como funciona la imaginación, y es en su propio mecanismo donde nos damos cuenta, como les decía, que las emociones y los sentimientos siguen siendo los elementos focales en nuestro existir, y no podemos minimizar sus influencias en ningún ámbito del vivir, ya que todo depende de ellas… Incluida nuestra inteligencia. Pero ahora bien… ¿Cuál es la verdadera importancia que debemos darle a la imaginación y por qué necesitamos ser conscientes del gran poder que encontramos en ella? ¿Y además cómo podemos utilizar este don de la manera más eficiente? La magia de la imaginación radica en que nos va a regalar un espacio completo destinado para la ensoñación y el deseo, un lugar donde podremos explorar más allá de nuestros propios límites, y donde pondremos a prueba nuestra máxima capacidad creativa, ya que todo lo que imaginemos tendrá un impacto a nuestro alrededor, debido a que será un pensamiento y como tal generará una reacción en nosotros y en la realidad.

Además una vez que nos encontremos en este mágico lugar estaremos frente a dos vertientes de un mismo río, en un afluente encontraremos la creación y en otro nos toparemos con la fantasía, ambas serán inventivas, pero solo una productiva… Aprender donde se encuentra la división entre las aguas, es lo que hará más valiosa cualquier producción; ser consciente de este poder es lo que nos permitirá seguir en evolución. Hazme saber que te pareció lo que acabas de leer y déjame tus comentario!